martes, 14 de marzo de 2017

La batalla de un sueño...

Un sueño, un sueño de la pelea contigo mismo.




Hace mucho que no recuerdo mis sueños y mucho menos sueños que no sucedieron en una noche entera. Sueños fugaces.


Te contaré una historia que seguramente no tiene relevancia en tu vida, una historia que seguramente no te interesa, seguramente tienes mejores cosas que hacer en vez de leer un sueño de un desconocido. Espero esta historia por lo menos deje algún sentimiento en ti, aunque sea negativo no importa.

Acto 1 el rival


La sede del acto es muy complicada de describir, soy malo para hacer eso pero trataré de describirlo como estaba en mi mente.
Dos pasillos de escaleras blancas de mármol o un material parecido que se dirigían hacia arriba formaban la parte principal de la edificación. Existían tres descansos a lo largo de las escaleras y un descanso al final de ellas, en cada descanso se encontraba una entrada de madera blanca con manijas doradas.
Justo en medio de las dos escaleras se encontraba un verde a modo de jardín que le daba una vista de comunidad a toda esa monotonía y a la altura del penúltimo descanso antes de llegar a la cima, se encontraba una fuente con muchas flores curiosamente en ese descanso no había entradas a viviendas.
Nos encontrábamos dos amigos y yo realizando un tipo de actividad, en la cual trabajamos en equipo, nos encontrábamos en el penúltimo descanso, y casualmente existían otras tres personas trabajando en este mismo descanso. Todos sabíamos que el trabajo que estábamos haciendo no era importante, lo más importante en ese momento era localizar a tu rival, el rival con el cual lucharía.


Curiosamente yo sabía cuál era mi rival y supongo que mi rival sabía que yo era su oponente, se hizo un silencio incómodo y  a partir de eso comenzamos a pelear, yo sabía que iba a ganar, muy dentro de mí sabía que ese rival no tenía alma, que era parte de mí, que era una lucha con un espejo y él era el reflejo, tenía que vencer a mi otro yo. Este otro yo en mi sueño, una persona, físicamente fuerte, podía sentir sus golpes pero no me dolían, podía sentir la lucha, pero no sentía un odio de él hacia mí. Un lucha complicada pero al fin y al cabo una lucha que gané, porque mi yo real siempre tiene que ganar en cualquier situación.
Acto 2 la bestia


Después de mi primer lucha, mi primer victoria. Una lucha con reglas y normas, una lucha que todos esperamos y sabemos con quién nos va a tocar.
Me encontraba realizado este trabajo sin importancia que todos realizan en el penúltimo descanso de las escaleras, vi a mi rival aún tirado debajo de lo que parecía ser un repisa la cual le proveía un poco de sombra, ahí se encontraba mi ex rival tirado y derrotado.
Pasó un tiempo de relajación, cuando sentí que un amigo de mi ex rival me mandaba miradas y señales de odio, señales que solo te da una persona la cual quiere defender lo que ama, al parecer era la pareja de mi ex rival. Las reglas estipulaban que sólo se podría pelear con la persona que te correspondía, pero el odio a veces es suficiente para romper las reglas.
Esta mujer se me abalanzó sobre mí golpeándome en repetidas ocasiones, yo me encontraba en un estado de shock, no me lo esperaba, pensaba: “Se supone que no debería ser así, la reglas se deben seguir, así es la vida”, que equivocado estaba. En la vida no hay reglas, mis amigos lo sabían y aunque me podrían haber ayudado, ellos sabían que no era lo correcto. Era mi pelea, mi pelea inesperada, las peleas más difíciles, en las cuales no te encuentras listo para pelear y aun así tienes que hacerlo.
Al pasar todo eso sobre mi mente en una milésima de segundo, me di cuenta que tenía que pelear aunque me encontrara en el suelo, sabía que si llegaba a más mis amigos se meterían y tendría que repetir esta escena algún día, y que mejor día como enfrentarla HOY. Me levanté y comencé a luchar con todas las fuerzas que me quedaban, que eran pocas debido a la golpiza que me estaban dando. A diferencia de la primera pelea, en esta si me dolían los golpes, cada uno de sus golpes retumbaban en todo mí ser, ella era un monstruo. Un monstruo el cual no paraba, el cual tenía la única misión de destruirme, no había más en su mente, un monstruo con una fuerza tal que sería complicado de describir.
Lentamente me fui adecuando a sus golpes y comencé a contraatacar, lo más difícil fue ponerme de pie, mis amigos seguían mirándome, con esa mirada de confianza que te da fuerza, no podía defraudarlos, defraudar esa confianza podría hacerme caer en la derrota.
Fui golpeando poco a poco con una fuerza de bebé, como si acaba de hacer 50 lagartijas sin descansar, mis brazos cansados no tenían fuerza pero seguían golpeando. La bestia se estaba cansando y yo estaba recuperándome, estaba renaciendo, comencé a golpear con más y más y más  fuerza, la mirada de mis amigos cada vez estaba más brillante, apoyándome sin hablar. En ese momento supe que iba a vencer, que la bestia no es nada para mí, que esa bestia siempre ha estado ahí pero nunca la había hecho enojar tanto.
El momento en que vencí lo tomé como lo más natural del mundo, esta bestia me enseñó que no existen las reglas y que la injusticia siempre se encuentra a un lado de ti, la veas o no, la enfrentes o no.
Acto 3 repercusiones
Cuando vencí a la bestia, toda la comunidad ya la odiaba, ella había roto las reglas. Mi rival y la bestia seguían vivos dentro de la comunidad, pero ¿por qué la bestia era la única a la cual todos odiaban? Cuando nadie sabía quién era todos seguían en sus actividades. ¿Por qué todos la odiaban?
Era discriminada, hubo un punto en que yo también la odié, ¿cómo podría ser que haya roto las reglas?, ¿cómo podría ser que su misión fuera destruirme?, ¿como podría ser que existiera un ser así en medio de la comunidad?.
Me di cuenta de que un ser así debe existir siempre, sin la bestia ¿cómo podría yo saber que tan fuerte soy?, ¿cómo podría yo saber cuál es mi límite?, ¿cómo podría yo enfrentar a otras bestias que no viven en mi comunidad?, ¿cómo podría yo ayudar a mis amigos a enfrentar a sus bestias?
La bestia es y será siempre necesaria en nuestra comunidad, la bestia es de los seres más importantes de la comunidad. En este punto surgió una disculpa mental hacia la bestia. La perdoné.
La comunidad seguía enojada con ella, a tal punto que la querían desterrar a base de violencia, me puse a la tarea de hacerles entender a todas las partes de la comunidad que: todos somos uno y todos importamos dentro de ella.
En mi sueño esta parte fue muy divertida, a modo final de Hollywood con música y toda la escenografía dentro de las dos escaleras de mármol. Todos estaban  felices y la bestia arrepentida. Cada quien se fue a su puerta y todo terminó en paz, toda la comunidad perdonada y feliz.
En paz supongo será, hasta la próxima pelea. La próxima pelea donde yo estaré listo para mi rival, la bestia vendrá a mí sin avisar y seguramente no será el mismo personaje de mi comunidad, la bestia y los rivales siempre van a cambiar de personaje.
Mi interpretación
Creo que el sueño tuvo muchos significados, cada quien lo puede interpretar como quiera, pero así lo interpreto yo.
Acto 1


El acto 1 representa a mi rival y mi primera pelea esperada. Peleas justas que regularmente ganas, porque sabes cómo combatirlas, sabes que están ahí y en algún punto de tu vida las tienes que enfrentar. Esas peleas que todo ser humano en su momento de evolución tiene que luchar hasta superar.


Acto 2

Peleas injustas que no sabes de donde o cuando van a venir, que tienes que enfrentar sin ayuda de nadie, que tus apoyos aunque te quieran y deseen ayudarte, confían en ti porque saben que estas bien, ellos saben que lo podrás superar. Al final de todo no te queda otra que superar estas luchas inesperadas y fortalecer tu mente que es lo más importante a fortalecer. La mente, ese instrumento que nos sirve para fortalecer el SER.
Acto 3
Secuelas, secuelas que dejan esas peleas que al fin y al cabo
tenemos la responsabilidad de arreglar y hacer entender a esos amigos que te
dejaron evolucionar, que, la culpa no es de la entidad que te hizo daño, que no
hay culpa, que es la energía que existe en todo momento en toda vida, en todo
SER, el cual te hace evolucionar de una manera u otra.